Vista de la Isla de la Cartuja desde el Pabellón de la Navegación (foto: Consorcio de Turismo de Sevilla)
Entre el 20 de abril y el 12 de octubre de 1992, durante la Exposición Universal, el centro de Sevilla, o al menos el centro de atención de la ciudad, basculó hacia el oeste, cruzando la dársena del Guadalquivir, hacia la Isla de la Cartuja. Un momento, ¿una isla tierra adentro? Podría ser, pero ni siquiera es así del todo, pues no es una porción de tierra rodeada completamente de agua; así son las cosas de esta ciudad.
Técnicamente, la Isla de la Cartuja está comprendida entre el puente del Cristo de la Expiración (o del Cachorro) y la corta de la Cartuja, en San Jerónimo. Hasta la década de 1980, cuando se acometieron las obras para la Expo 92, la dársena resultante de desviar el curso del río para evitar las inundaciones llegaba hasta el puente, bañando solamente las orillas de Triana. A partir de entonces se alargó el curso cuatro kilómetros hasta San Jerónimo y surgió la isla, al quedar abrazada por dos cauces.
Fue, por tanto, la Expo el origen de la urbanización de este terreno. Con anterioridad sólo se encontraba en la Cartuja el monasterio que le da nombre, un lugar cargado de historia. Por ejemplo, el Monasterio de la Cartuja es una de las visitas imprescindibles en el Día de la Hispanidad, que allí se alojó en vida Cristóbal Colón y allí tuvo su primera sepultura (hoy sus restos se encuentran en la Catedral de Sevilla).
La Expo 92 supuso una transformación radical de la ciudad y aún más para la Isla de la Cartuja. Su legado se mantiene con los pabellones que se han conservado en el actual parque tecnológico, como el Pabellón de Marruecos, así como elementos icónicos como la Bola Climática, y nuevas construcciones por las que se configura en gran medida la arquitectura contemporánea en Sevilla.
Entre los reclamos que se encuentran en esta zona está el citado monasterio, con el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (una visita para los amantes de la creación más actual), el Jardín Americano, el Pabellón de la Navegación, el parque temático Isla Mágica y, como última incorporación, el Caixaforum. Más al norte, el Estadio de la Cartuja y el Parque del Alamillo, además del gran centro de innovación y empresas que representa el propio Parque Tecnológico Cartuja 93.
No faltan, pues, los motivos para cruzar alguno de sus puentes, el de la Barqueta y el del Alamillo como principales referencias, para seguir disfrutando de Sevilla a apenas unos minutos del centro de la ciudad.