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Catedral de Sevilla

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Se dice que, cuando en el siglo XV se decidió levantar un nuevo templo, uno de los canónigos sentenció: «Hagamos una iglesia tan grande que los que la vieren acabada nos tengan por locos». Y, sin duda, no es una exageración pues la Catedral Hispalense es el mayor templo gótico del mundo y el tercero de la Cristiandad, después de San Pedro del Vaticano y San Pedro de Londres.

Compuesta por cinco naves, está repleta de exquisitos tesoros artísticos. La Capilla Mayor ocupa un tramo de la nave central, destacando las rejas de hierro y los púlpitos, que datan del siglo XVI. Por su parte, el Retablo Mayor se realizó en distintas fases durante cerca de un siglo, entre los años 1482 y 1564, según las trazas de Pyeter Dancart. Si bien, también intervinieron Pedro Millán, los hermanos Jorge Fernández Alemán y Alejo Fernández, Roque Balduque, Juan Bautista Vázquez el Viejo y Pedro de Heredia.

Igualmente destacable es el gran Coro, que ocupa otro tramo de la nave central y cuya sillería se realizó entre los siglos XV y XVI. Siguiendo este recorrido por el interior de la ‘Magna Hispalensis’ llegamos a la Capilla Real.

Situada en el muro de la cabecera y realizada por Martín de Gaínza, en el siglo XVI, sustituyó al antiguo ábside gótico. La Virgen de los Reyes, imagen gótica de la segunda mitad del siglo XIII y que perteneció al propio rey San Fernando, es venerada en la hornacina principal del Retablo. Ante su Altar se puede contemplar una urna de plata dorada y cristal, que contiene el cuerpo incorrupto del rey de Castilla.

También el arte plateresco encuentra un lugar destacado entre los muros de la Catedral de Sevilla. Buena muestra de ello es la Sacristía Mayor, que comenzó a construir Diego de Riaño y la continuó y finalizó Martín de Gaínza, a mediados del siglo XVI.

La capital hispalense, a través de su Catedral, le rinde homenaje también a la figura de Cristóbal Colón. Los restos del navegante genovés descansan en su interior, traídos de la Catedral de la Habana al independizarse de Cuba, como bien puede leerse en los laterales del sepulcro. El conjunto escultórico está compuesto por cuatro heraldos que llevan el féretro a hombros y representan cada uno de los reinos de la Corona Española: Castilla, León, Aragón y Navarra.

Acompañando y enriqueciendo este paseo artístico por la Catedral se alza el excepcional conjunto de vidrieras, la mayoría de las cuales se realizaron en el siglo XVI.


Horario: lunes, de 11.00 a 15.30 horas. Martes a sábado, de 11.00 a 17.00 horas. Domingo, de 14.30 a 18.00 horas. Festivos consultar.

Precios: Adultos: 8 € (incluida visita a la Iglesia del Salvador). Estudiantes menores de 26 años y pensionistas, 4 €.

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Vista de las cubiertas de la Catedral de Sevilla.

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