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Barrio de Santa Cruz de Sevilla

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Entrada al Callejón de la Judería, en el Barrio de Santa Cruz de Sevilla

El Barrio de Santa Cruz comprende una de las zonas más turísticas, más icónicas, más visitadas de Sevilla. Su céntrica ubicación, junto al núcleo monumental Patrimonio de la Humanidad que forman la Catedral y la Giralda, el Archivo de Indias y el Real Alcázar, más el carácter típico y tradicional de callejuelas empedradas, recoletas plazuelas, rejas, macetas, tabernas y demás elementos y reclamos resultan muy llamativos para los visitantes de otras regiones y países. Se trata de una de las visitas imprescidibles de la ciudad por muchas razones. Aquí van algunas, sólo algunas.

La Judería, origen del barrio, reúne un buen puñado de magnéticos rincones. Aunque ha llegado muy modificado a nuestros días desde sus orígenes con la entrada de Fernando III en Sevilla, y especialmente con la recuperación emprendida en el siglo XIX, sigue reuniendo algunos de los principales reclamos de la ciudad.

De hecho, el Alcázar de Sevilla constituye el límite del barrio por el sur, ofreciendo lugares tan emblemáticos como el Patio de Banderas a través del Callejón de la Judería, el Callejón del Agua o los Jardines de Murillo, que antiguamente formaban parte de los jardines del palacio.

Recorrer el Barrio de Santa Cruz es adentrarse en un laberinto de serpenteantes y angostas callejas, plazuelas rebosantes de misterio y autenticidad, y en el escenario de mitos, leyendas y episodios íntimamente ligados al nombre de Sevilla. Cómo separar este barrio de la trama universal de Don Juan, con espacios como la Plaza de los Refinadores o la Hostería del Laurel, pero también otras como las de la Susona, la calle Cruces, las columnas de la Calle Mármoles…

Otros monumentos insignes son la Iglesia de Santa María la Blanca, el Hospital de los Venerables, la Casa de Murillo y tantos otros, a los que asomarse en un sencillo paseo por su intrincado callejero o desde terrazas como las del Hotel Doña María o de Las Casas de la Judería. Se mire por donde se mire, un barrio auténtico, tradicional y repleto de atractivos.