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Sevilla busca la sombra

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Pérgola en el Cristina, Sevilla.

Las calles del Barrio de Santa Cruz escaparon al ensanche al que se sometió Sevilla a principios del siglo XX, cuando el regionalismo, de modo que en ellas se conserva el planteamiento urbanístico enrevesado, intrincado, angosto propio de la ciudad medieval. En sus callejuelas laberínticas se interpreta el propósito de facilitar la defensa ante posibles invasiones, pero se agradece igualmente que pongan al transeúnte a salvo de un visitante machaconamente puntual en esta ciudad del sur: el sol inclemente de las horas centrales del día de junio a octubre. El resto de Sevilla requiere de otras soluciones.

En las calles más comerciales se instalan toldos, como en Sierpes, Plaza de San Francisco, Plaza del Salvador, Tetuán… Y claro, siempre quedan parques y jardines donde cobijarse bajo la arboleda. Los Jardines de Murillo, los de Cristina, el Parque de María Luisa son oasis urbanos.

toldo plaza san francisco sevilla verano

Toldo en la Plaza de San Francisco de Sevilla en verano.

Las grandes plazas y bulevares de la ciudad, como Plaza Nueva o la Alameda de Hércules, también asisten al peatón cuando el sol está en lo más alto, con altos árboles de copa generosa.

Pérgolas, sistemas de agua vaporizada… las calles y los veladores aportan su propio microclima. Y están las sombrillas en las terrazas de Sevilla. Todos buscan la sombra y disfrutar de Sevilla a plena luz.