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Sevilla, la ciudad regionalista

Plaza de España de Sevilla

Plaza de España de Sevilla.

El regionalismo es el estilo arquitectónico que resalta la estética andaluza, desarrollado durante el primer tercio del siglo XX como respuesta nacionalista a la decadencia del país tras la llamada ‘crisis de fin de siglo’, provocada por la pérdida de las colonias en 1898. Mientras unos afrontaron la situación con una mirada al exterior, a Europa, y adoptaron el modernismo, otros se refugiaron en glorias pasadas. En las calles de Sevilla se asiste a la interpretación de esta segunda vía a través de incontables testimonios regionalistas.

Tanto los estilos históricos de la ciudad como las arquitecturas regionales tienen cabida en esta introspección arquitectónica, dando lugar al neomudéjar, neoplateresco, neobarroco o al andalucismo. Aunque estas manifestaciones abundan en el callejero sevillano, las construcciones más singulares se concentran en el Parque de María Luisa y alrededores, en lo que constituyó el recinto de la Exposición Iberoamericana de 1929. Este evento fue tomado –con previsiones bastante optimistas– como solución a los males de Sevilla y, como poco, se convirtió en la excusa para una regeneración urbanística.

Aníbal González, ganador del concurso de proyectos para la exposición y prototipo de arquitecto regionalista, es el autor de la monumentales Plaza de España y Plaza de América, esta con tres pabellones que reproducen los estilos mudéjar, gótico y renacentista. hasta 1926, el arquitecto sevillano también dirigió las obras de decenas de pabellones que se conservan hoy en el Parque de María Luisa.

También se construyó para la muestra transoceánica edificios tan icónicos como La Adriática, en la Avenida de la Constitución, o su gemelo de la calle Cuna conocido como Ciudad de Londres, ambos de José Espiau. Aunque el principal rival de Aníbal González fue Juan Talavera, arquitecto municipal y responsable de edificios como el de la Compañía Telefónica Nacional en la Plaza Nueva.