Sevilla ha inaugurado una nueva terminal de cruceros. Esta vez no se invoca la historia y la tradición náutica de la ciudad, su papel determinante como «puerto y puerta de América». Ahora se ponen infraestructuras para tratar la navegación como un hecho de nuestros días, como una realidad con enorme potencial. En efecto, Sevilla es un puerto tierra adentro que disfruta del único río navegable de España, una singularidad que lo posiciona como lugar de salida o llegada de cruceros.
La nueva terminal del Puerto de Sevilla destaca por su sostenibilidad, reutilizando contenedores marítimos para ganar 1.090 metros cuadrados dirigidos a la recepción de viajeros en el Muelle de las Delicias. Los cruceros llegan a una zona de creciente actividad (Acuario, Noria, restaurantes…), junto al Parque de María Luisa y la Plaza de España, a un paso del centro de la ciudad.
De otro lado, las condiciones del Guadalquivir, navegable hasta Sevilla, protegido por tanto de eventuales ataques piratas, propició el tráfico comercial muchos siglos atrás y fue determinante para obtener el monopolio del comercio con América, como se puede comprobar en una visita al Archivo de Indias.
Así que el papel del puerto de Sevilla se enfocaba más en esa línea comercial e incluso militar o aventurera, como demuestra la salida de Magallanes y Juan Sebastián Elcano desde el Puerto de las Mulas, en la orilla donde hoy se ubica el Museo de Carruajes. En una ciudad turística como Sevilla, con un río como el Guadalquivir, la navegación con fines recreativos, los viajes y estas experiencias son una continuación natural de un destino de interior que no pierde sus vínculos con la mar.
La Torre del Oro, el Pabellón de la Navegación… El curso de la dársena del Guadalquivir está plagada de testimonios que certifican el carácter náutico hispalense. Ahora también (o más aún) con cruceros turísticos.