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Puerta del Nacimiento de la Catedral de Sevilla

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Puerta del Nacimiento de la Catedral de Sevilla.

La Puerta del Nacimiento, o de San Miguel, fue la primera en labrarse en la Catedral de Sevilla, junto a la del Bautismo, cuando en el siglo XV se tomó la decisión firme de construir un nuevo templo sobre la iglesia preexistente, que no era más que la mezquita anterior sacralizada para el culto cristiano. Comenzada en piedra pero realizada sobre todo en barro cocido, el cuerpo escultórico de este acceso representa uno de los ejemplos más notorios de la escultura gótica en Sevilla.

Como es sabido, el origen de la Catedral se establece sobre la mezquita almohade, que con la conquista cristiana de la ciudad por Fernando III en 1248 es aprovechada para el nuevo culto. La construcción del nuevo templo no comienza hasta 1403, precisamente por este flanco del edificio, el occidental, que corre por la Avenida de la Constitución. Finalmente hubo que esperar aún 30 años más para acometer a conciencia tan colosal proyecto.

Con las obras del templo gógico ya avanzadas, entrando en la segunda mitad del siglo XV, la estancia en la ciudad del escultor normando Lorenzo Mercadante de Bretaña influyó de manera decisiva en el gusto por las formas flamencas en Sevilla. Con ejemplos como la escultura monumental de las portadas occidentales de la Catedral, había sólidos motivos para la aceptación de este estilo.

En concreto, el relieve de la Puerta de Nacimiento, que representa el paisaje bíblico del nacimiento de Jesucristo al contar de los cuatro evangelistas en el comienzo del Nuevo Testamento, los trabajos se iniciaron en piedra. Sin embargo, las dificultades que presentaba este material aconsejó una solución más favorable como resultó ser el barro cocido.

La puerta es también conocida como la de San Miguel, pues daba al antiguo Colegio de San Miguel, al que pertenecía la actual Plaza del Cabildo y que llegó a alcanzar gran importancia.