El Callejón del Agua es uno de esos lugares inspiradores de Sevilla, como hay tantos en el barrio de Santa Cruz. Corre junto a la muralla del Real Alcázar, lo que se viene llamando un adarve, que conecta la calle Vida con la Plaza de Alfaro. Precisamente el lienzo del palacio real es lo que da nombre a este rinconcito sevillano, pues a través del muro corrían unos tubos que conducían el agua de los Caños de Carmona hasta los jardines del Alcázar. Hoy constituye un agradable y en parte sombreado paseo por la Sevilla más icónica, llevando desde el laberíntico barrio que fue judería a las amplias avenidas arboladas de los Jardines de Murillo.
«Voy soñando con tus besos por el Callejón del Agua,
no despertadme del sueño, campanas de la Giralda.
Que es que en amores, es que en amores
las caricias soñadas son las mejores».
Desde este estratégico punto se accede rápidamente a atracciones y reclamos cercanos como la Plaza de Doña Elvira con la casa museo del pintor Amalio, la Plaza de los Refinadores, el Hospital de los Venerables, se persigue la huella de Don Juan y, en definitiva, se encuentra entre los lugares que debes visitar cuando recorres el céntrico barrio.
La Calle Agua o el Muro del Agua, como también se conoce la famosa calleja, consigue en apenas 140 metros de recorrido destacarse como una de las más pintorescas y transitadas de un barrio imprescindible como el de Santa Cruz. ¿Es uno de los lugares más románticos de Sevilla? Y tanto que lo es. Lo cierto es que la arquitectura tradicional y las leyendas sevillanas se entienden mejor en un sencillo paseo por esta calle del centro de Sevilla que rezuma pura sevillanía.
Fotos del Consorcio de Turismo de Sevilla con licencia Creative Commons.