Otra de esas leyendas truculentas de Sevilla, donde el amor, la violencia y la sordidez no tienen fronteras, es la de la Susona. Por tal apodo se conocía a Susana Ben Susón, una bella judía que vivió en Sevilla en el siglo XV, hija además de un eminente banquero (Diego Susón) que encabezaba una conspiración contra los cristianos de la ciudad. Cuando el complot amenazó con llevarse por delante al amante secreto de la Susona, esta delató a los suyos y la conjura fue desmontada. Por su traición, la Susona fue repudiada por la comunidad judía y se convirtió al cristianismo. Y desde ahí la desdicha le acompañó hasta el final de sus días, y aún más. ¿Aún más? Pues sí, porque no sólo no consiguió casarse con el caballero cristiano e ingresó en un convento de clausura, que abandonó para vivir con el obispo de Tiberiades (del que tuvo dos hijos), cayendo después en la pobreza y acabando sus días como amante de un especiero, sino que para autoflagelarse incluso después de muerta dejó en su testamento que su calavera fuera expuesta a modo de castigo en la casa donde vivió, en la calle del Barrio de Santa Cruz que desde 1835 lleva su nombre, como recuerda un azulejo.
Para conocer más leyendas de Sevilla, pero sobre todo para descubrir y sentir cómo era aquella ciudad dentro de la ciudad que era el barrio judío –una de las mayores comunidades de esta confesión se reunió en Sevilla– puedes visitar el Centro de Interpretación Judería de Sevilla. Desde aquí se puede tomar un primer contacto con la historia de la Sevilla sefardí y comenzar alguna de las rutas que recorren el barrio, escenario de innumerables leyendas y lugar imprescindible de la Sevilla más auténtica.Another one of those gruesome legends of Seville, where love, violence, and sordidness have no borders, is that of Susona.
Susana Ben Susón, a beautiful Jewish woman who lived in Seville in the 15th century and was the daughter of Diego Susón, an eminent banker who headed a conspiracy against the Christians of the city. When the plot threatened Susona’s secret lover and his family, she betrayed her people and the conspiracy was dismantled. For her betrayal, Susona was condemned by the Jewish community and converted to Christianity.
However, her misfortune does not end there. Susona never married the Christian gentleman. She eventually entered a cloistered convent, where she lived with the Bishop Tiberiades, with whom she had two children. After, she fell into poverty and ended her days as a grocer’s lover. To self-flagellate herself even after her death, she outlined in her testament that her skull was to be displayed at the house where she lived as punishment. Today, the street in the Barrio de Santa Cruz, which has borne her name since 1835, features a tiled plaque in remembrance of Susana Ben Susón.
To learn more legends about Seville, but above all to discover what life was like in the Jewish Quarter, you can visit the Centro de Interpretación Judería de Sevilla. Here you can learn about the Sephardic population in Seville and walk the age-old streets, which are the setting for countless legends and an essential part of the city’s history.