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Hotel Triana

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El patio del corral del Hotel Triana durante una actuación de la Bienal de Flamenco (foto: La Bienal).

Hubo un tiempo en el que los corrales de vecinos eran la forma más popular de residencia en Sevilla. Al contrario que en los bloques de pisos de hoy, donde prima la verticalidad, por entonces las viviendas se distribuían en torno a un amplio patio común. Y ahí transcurría la vida del vecindario.

Especialmente significativas eran estos patios en el barrio de Triana, donde se comía, donde se jugaba y donde se formaban grandes fiestas flamencas. Por eso hoy lo rescata la Bienal como escenario de algunas de sus actuaciones. Lo hace en el patio del Hotel Triana, que nos confunde con su nombre porque se construyó para servir como alojamiento hotelero para la Exposición Iberoamericana de 1929, pero que nunca cumplió esa misión.

Se trata de un edificio de estilo regionalista, la arquitectura que predominó en Sevilla durante el primer tercio del siglo XX como respuesta al modernismo adoptado en otras zonas de España. Así se comprueba en su doble fachada a las calles Clara de Jesús Montero y Manuel Arellano. Predomina el ladrillo visto, por tanto. Sin embargo, la magia está en el interior.

Porque el regionalismo es un estilo endémico de Sevilla y tiene muchos defensores e incluso protección arquitectónica, pero lo que realmente inspira del Hotel Triana es el recuerdo de la vida que se hacía en su patio central, al que se asomaban las viviendas en tres plantas formando una U irregular. Hoy sólo se conservan las escaleras originales y los muros internos que soportan el inmueble, las fachadas y el propio patio, pues las viviendas individuales han sido profundamente reformadas. Pero su estructura, y más aún durante las noches de la Bienal o cuando se utiliza como corral de comedias en verano, evoca aquellos tiempos en que las clases populares de Triana hacían su fiesta sin necesidad de excusa, y donde vivían con la mayor dignidad posible.

Construido entre 1927 y 1929, en la zona que entonces se conocía como ‘cava baja’ de Triana, en un solar que se venía dedicando a la alfarería y la artesanía del barro, el Hotel Triana trae hasta nuestros días el recuerdo de aquella Sevilla que ya no existe más que en la memoria.


Dirección: Clara de Jesús Montero, s/n

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