El Real Monasterio de Santa Clara fue palacio almohade, residencia del infante Don Fadrique (del que se conserva el famoso torreón) y, desde el siglo XVI hasta finales del siglo XX, hogar de religiosas. Entonces fue rehabilitado y reacondicionado como contenedor cultural. Como muestra notable de arquitectura renacentista y mudéjar, o como escenario de teatro, flamenco o sala de exposiciones, el ahora denominado Espacio Santa Clara tiene una interesante visita al norte del casco antiguo.
En el conjunto arquitectónico destaca el claustro renacentista, la iglesia que reformaron los arquitectos Juan de Oviedo y Miguel de Zumárraga entre 1620 y 1622, o el pórtico de entrada al templo, que fue reproducido en la Basílica de La Macarena. Entre sus usos, el espacio alberga las oficinas de la Bienal de Flamenco y el Festival de Música Antigua de Sevilla, Femás, además de actuaciones al pie de la Torre de Don Fadrique o exposiciones temporales.
Lo dicho, un auténtico contenedor cultural para seguir dando uso a una joya monumental de Sevilla.