La calle Hernando Colón, la que lleva de la Plaza de San Francisco a la Catedral de Sevilla, ha sido durante años pasto de souvenir. Y lo sigue siendo, pero entre los trajes de flamenca, los delantales y las camisetas de «Joé qué caló» se abren paso nuevos establecimientos que regeneran la oferta de una de las calles más transitadas del centro de Sevilla.
Restaurantes y bares de tapas, tascas y takeaways que le insuflan nuevos aires a la gastronomía de la zona, oficinas de información turística y nuevos negocios que conviven con la numismática y la filatelia, los instrumentos musicales y, claro está, los recuerdos.
Por esta corta pero frecuentada calle coinciden los turistas con los residentes y con los trabajadores de oficinas de la zona. Es un continuo hervidero de transeúntes que a veces se detienen en los escaparates, que entran en establecimientos señeros como Ovejas Negras, La Mamarracha o Taberna Picalagarto, pero sobre todo que circulan hacia algún otro lugar cercano. Atracciones no faltan en el corazón de la ciudad.
También es un lugar para quedarse, como demuestra Puerta Catedral con uno de sus confortables apartamentos. El privilegio de descansar en mitad del torbellino, a un paso de todo y con las mayores comodidades, con todo el estilo, con lo que el viajero le pide a una experiencia turística plena.
¿Hemos dicho turismo? City Expert, nuestro partner de Reservas, tiene en esta calle uno de sus puntos de información y venta de servicios turísticos. A tiro de piedra del Patio de los Naranjos, y desde luego en lugar estratégico en el transitar de los visitantes de Sevilla. Y no descubre nada, porque en este lugar ya residen desde antiguo empresas del sector. Un abanico tradicional, un mantón y otros preciados recuerdos se pueden encontrar por aquí, además de otros de menor elaboración.