Ignacio Sánchez Mejías, torero y mucho más, fue uno de los personajes más célebres del primer tercio del siglo XX en Sevilla. Y se lo ganó a pulso: además de figura del toreo, fue escritor, mecenas de la Generación del 27 (a la que perteneció), actor, jugador de polo, piloto, presidente del Real Betis Balompié y de la Cruz Roja en la ciudad. Una vida intensa, desde su nacimiento en Sevilla el 6 de junio de 1891, o mejor, desde su alternativa el 16 de marzo de 1919 de manos de su cuñado Joselito El Gallo (y con Belmonte como testigo), hasta la cogida que sufrió en Manzanares en agosto de 1934, en su segunda etapa en los ruedos, y que acabó siendo mortal. Por si su obra en vida no hubiera sido suficiente para recordarlo para siempre, en 25 años de frenética carrera profesional, amoríos y talante polifacético, el poema Llanto por Ignacio Sánchez Mejías de Federico García Lorca hizo el resto.