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Cristóbal Colón en Sevilla

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Mausoleo de Cristóbal Colón en la Catedral de Sevilla

Cristóbal Colón llegó a una Sevilla como la ciudad más rica e importante de España, dotada de una frenética actividad portuaria. Tras el Descubrimiento de América, el renombre y el peso de la ciudad se hizo aún mayor. En nuestros días es posible seguir la huella del Almirante por la capital hispalense, a través de los espacios en los que habitó o visitó, y de los monumentos que se han erigido en su honor.

Una ruta que persiga las huellas de Colón por Sevilla debe comenzar en el Monasterio de la Cartuja, donde nuestro personaje preparó su viaje transoceánico, y debe finalizar en la Catedral de Sevilla, donde se descansan sus restos (o al menos una parte documentada de ellos).

Sevilla ha dado el nombre de Cristóbal Colón a uno de sus paseos principales, el que corre junto al río Guadalquivir con la Plaza de Toros de la Maestranza y el Teatro de la Maestranza como principales referencias, rematado con la Torre del Oro. También uno de sus monumentos más ilustres, la Plaza de España, reúne referencias a su figura y su hazaña a través de azulejos.

En los Jardines de Murillo y paseo de Catalina Ribera se eleva un monumento a Colón donde Colón no aparece por ninguna parte («se lo comieron los leones», dice la broma local), todo lo contrario que en el portentoso Huevo de Colón,  Zurab Tsereteli, en el Parque de San Jerónimo.