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Colegios históricos de Sevilla

Palacio de San Telmo

Palacio de San Telmo de Sevilla.

Los colegios son los protagonistas en las jornadas electorales. Los ciudadanos ejercen su derecho al voto en estas instalaciones públicas en una metáfora seguramente casual: allí donde se fragua el futuro de una sociedad, en la educación.

Echando atrás la mirada, nos encontramos con algunos edificios insignes que alguna vez cumplieron esta función. Sorprendente en algunos casos.

Uno de ellos es el Palacio de San Telmo, actualmente sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía. Las obras para su construcción comenzaron el 10 de marzo de 1682 sobre unos terrenos pertenecientes al Tribunal de la Inquisición situados fuera de los muros de la ciudad, donde pensaba levantarse –y así se hizo– el colegio-seminario de la Universidad de Mercaderes. Se trataba de una institución donde acudirían los huérfanos de marineros y que un siglo después se convirtió en el Colegio de la Marina. Allí estudió, por ejemplo, el poeta Gustavo Adolfo Bécquer, quien ingresó en 1846.

Archivo General de Indias de Sevilla

Archivo General de Indias de Sevilla.

No muy lejos de aquí nos encontramos con otro de los edificios más reconocibles de Sevilla y, desde luego, de los que mayor valor histórico y artístico aportan al núcleo monumental de la ciudad. Se trata del Archivo de Indias, declarado Patrimonio de la Humanidad junto con la Catedral y el Real Alcázar. Este soberbio ejemplo de arquitectura herreriana ha sido utilizado de manera diversa a lo largo de sus casi cinco siglos de historia, siendo una de sus funciones la de albergar una escuela de pintura fundada por Bartolomé Esteban Murillo en 1660.

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Finalmente, tenemos otro ilustre colegio en el centro de Sevilla que, entre otros usos, llegó a ser sede provisional del Parlamento de Andalucía y escenario estratégicos de otros episodios más azarosos de la ciudad, como la invasión francesa a comienzos del siglo XIX. Del antiguo convento (y colegio) de San Hermenegildo, en la Plaza de la Concordia, sólo se conserva su iglesia, ya desacralizada y utilizada como sala de exposiciones. Una vez sirvió para que los jesuitas llevaran a cabo su labor docente.