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Alameda de Hércules

Alameda de Hércules (Antonio Eme Ortega)

Vista de la Alameda de Hércules, en Sevilla.

El gran bulevar del centro histórico de Sevilla surgió en 1574 cuando el Conde de Barajas ordenó drenar con acequias una zona tradicionalmente inundable en las cercanías del curso del río Guadalquivir, en el extremo norte de la ciudad amurallada. Esta acertada medida de higiene dio como resultado uno de los espacios verdes más amplios que se conservan en Sevilla.

Sus características columnas romanas, rematadas por estatuas de Hércules y Julio César, a quienes la tradición instituye como fundadores y valedores de Sevilla, así como otros espacios singulares como la Casa de las Sirenas, adornan una de las zonas más vibrantes de la ciudad. Los restaurantes, pubs y tiendas de cultura urbana, así como los habituales conciertos, festivales y mercadillos que se asientan en esta gran explanada lo convierten en un epicentro de la Sevilla más dinámica.